La luna de noviembre nos acerca a la muerte y al renacimiento de la naturaleza. Es el momento de mirar hacía adentro y dejar que el crecimiento interior sea el centro del viaje por el inframundo.
Aprende, estudia, refleja y crece.
Esta es la estación en la que más proliferan los sueños y todo tipo de profecias, aprovecha para practicar la adivinación, ejercitar la intuición y las dotes psiquicas. La luminosidad interior ayuda a ver con claridad en las horas oscuras.
Momento para pensar en cómo hemos vivido hasta ahora y de qué forma vamos a mejorar nuestros hábitos con el fin de conseguir que los sueños que nos hemos forjado en esta vida pueden convertirse en realidad.
En la casa haremos los últimos preparativos de cara a la estación fria, poniendo orden en nuestra vida.
Es una época de una profunda sexualidad y de una gran intimidad; los mejores antídotos contra la muerte.
HECHIZO LUNAR PARA CONSEGUIR VALOR
Formamos un circulo de velas doradas, utilizando todas las que queramos. Cinco velas es lo tradicional, siete es el número de la buena suerte lunar y nueve es el número de las musas.
Nos situamos en el centro del circulo.
Encendemos un poco de incienso de salvia o artemisa y dejamos que se queme hasta conseguir un denso humo.
Con nuestros brazos levantados hacía la luna llena pronunciamos la siguiente oración:
¨¡Yo os invoco, madre de la oscuridad!
¡Yo os invoco, madre de la noche!
Dejad que vuestros ángeles de la inspiración,
abran mi corazón.
Dejad que vuestros ángeles del valor
vuelen en mi interior.
Voy a construir una cuna dorada
para hacerle un sitio al valor.
Voy a encender un fuego dorado
para animar al valor que hay en mi interior.
Colocaré mis manos en tu regazo
Para que las bendigas y utilices.
Pondré mi corazón en tu regazo
Para que tus benditas manos lo acaricien
Y me hagan cada vez más fuerte
Para llenar mi corazón de nobles propósitos
Innana, señora de la estrella vespertina
Estudia bien mis palabras.
Que el valor more en el interior de mi alma
Igual que tú moras en ella.
Que el valor guie mi alma y mi destino.
Haz que así sea.
Haz que así sea.
Haz que así sea.
Ahora apagamos las velas y salimos del circulo.
Repetir el ritual durante tres, cinco o siete noches seguidas.
fuentes:
La gran madre luna ( Z. Budapest)
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